domingo, 10 de diciembre de 2017

VUELTA A LOS INICIOS, ASSASINS CREED ORIGINS.

1Olvidad por el momento las gigantescas ciudades de época moderna o el desarrollo clásico de misiones porque a partir de ahora somos el recadero oficial de Egipto, una zona enormemente vasta que abarca distintas ciudades y ambientes, desde las zonas desérticas de las pirámides de Guiza a las lagunas pantanosas de Menfis -por no hablar de unas cuantas sorpresas más que prefiero no desvelar-. 

La importancia de esta nueva configuración del espacio es capital, porque condiciona el resto del juego: ya no se trata de recorrer los distintos puntos emblemáticos de la metrópolis de turno, sino que nuestro camino nos lleva a diferentes espacios muy alejados entre sí e hilados a través de una historia principal que revolotea inmutable por encima de los distintos entuertos en los que nos vemos metidos. La justificación argumental para convertirnos en esta especie de manitas de época clásica es que somos un medjay, una palabra que en el Imperio Nuevo se asociaba a guerreros y exploradores que velaban por las áreas protegidas por los faraones y que aquí sirve tanto para explicar por qué hacemos caso a todo cuanto pueblerino se nos acerca como para contextualizar las múltiples habilidades de las que hacemos gala.

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Es una historia que funciona a la hora de encajar las distintas piezas que componen el núcleo mecánico del juego, pero a la hora de la verdad seguimos encontrándonos aquí con la parte más floja del conjunto. Lo que se presupone como una historia de venganza y redención para nuestro protagonista acaba inevitablemente mezclado con elementos pasados de la saga, y dicha mezcla acaba convertida en un batiburrillo en el que nunca quedan suficientemente claras las intenciones de nada ni nadie, algo medianamente grave si no fuera porque rápido deja de importarnos. Es curioso que estemos ante un borrón y cuenta nueva en lo jugable y que aquí hayan decidido mantener tanto de la esencia original, sobre todo porque cuanto más se aleja de ello, más brilla.

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